3
Mar
2014
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Te echo de menos

Te escribo como se escribe ante la pérdida de un ser querido, con lágrimas en los ojos y el alma encogida de dolor.

edutubaHace más de diez años que nos conocimos, pero nunca olvidaré la primera vez que te vi: era mediodía, habías llegado a media mañana y te colocaron en el rellano de la escalera para que te encontrara al llegar. Elegirte fue una decisión simple, a pesar de que era plenamente consciente de estar emprendiendo un reto: eras rara, exótica tal vez, y encima tenias que venir del extranjero porque aquí no había quien te conociera; pero qué carajo, yo también tengo lo mío, y supongo que tú formas parte de ello. Ya entonces, al elegirte, apuntabas maneras, y no podías llegar como cualquier otro paquete, tuviste que perderte a causa de no se qué problema logístico que no se resolvió más que por una casual intermediación consular. Visto ahora, y dadas las circunstancias, lo tuyo con las compañías de transportes es de guión demasiado perfecto como para ser creíble. Pero para desgracia nuestra la realidad siempre supera a la ficción.

Tanto tiempo da para mucho. Contigo he compartido muchos de los mejores y los peores momentos de mi vida. He crecido contigo; contigo -o tal vez gracias a tí- pasé de ser un estudiante de música a convertirme en Músico, en mayúsculas, a saber que lo soy y a sentirlo en cada sesión de estudio, en cada ensayo, cada clase, cada actuación. Has sido el eje alrededor el cual gira mi vida, contigo he conocido a muchas -la inmensa mayoría- de las personas que a día de hoy forman parte de ella y también me has acompañado cuando he perdido algunas de las que estuvieron y ya no están.

Hemos recorrido juntos media Europa, hemos hecho música en los auditorios más prestigiosos, en teatros y salas, en los antros más decadentes y en las calles. Hemos tocado en orquesta y banda, en quinteto, en formaciones de todo tipo, forma y color; hemos tocado sinfonías, cumbias, oberturas de ópera, funky, ballets, pop, pasodobles, mazurkas y poemas sinfónicos, has rugido ruidos inclasificables cuando hemos experimentado con la electrónica y hemos hecho sonreir a cientos de niños contándoles cuentos; hemos grabado discos, cuñas televisivas y hasta el himno de ese club de fútbol…hay cientos de miles de personas que, sin saberlo, nos tararean a tí y a mí.

No te negaré que muchas veces he dudado de que lo nuestro funcionara, si realmente eras lo que yo necesitaba o podría haber otra con quien podría estar más a gusto. A pesar de no ser perfecta me gustabas, me sentía muy bien contigo, había feeling y estaba decidido a recorrer mi camino contigo. Por eso aposté fuerte y te mandé a un viaje del que tenías que volver renovada. Pero nunca te llegué a ver de vuelta.

Nunca imaginé que lo nuestro terminaría así, de una manera tan fortuita, abierta e inesperada. Es una cadencia rota como colofón a una sinfonía grandiosa, algo que el público no espera ni quiere, y por eso tampoco aplaude. Y yo tampoco aplaudo, me he quedado estupefacto y clavado a mi butaca. Quiero pensar que te volveré a ver, que despertaŕé de esta pesadilla y todo esto no será más que una anécdota que contar y con la que reír, aunque imperceptiblemente para los demás te cogeré más fuerte para que no vuelvas a irte. Quiero volver a verte, volver a tenerte entre mis brazos y hacer todo lo que hacíamos juntos. Y no sé si podrá ser. Por el momento solo hay incertidumbre….

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1 Response

  1. josep maria pey

    Una història fantàstica i emotiva… que demana un final feliç!

    Ànims Edu!

    Josep M

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