18
Dic
2012
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Relajarnos para mejorar

 

El hamster atrapado en la ruedaDe nada sirve empeñarse en que algo nos salga bien sin más. Lo más probable es que la misma tensión que genera la situación nos complique las cosas de manera que no podamos darle solución, y a su vez esta complicación nos irrite aún más, aumentando la tensión y dificultando nuestra capacidad de concentración, creando un bucle de ansiedad sin fin. Para poder  romper ese bucle que nos atrapa necesitamos relajarnos.

Si estamos relajados todo son ventajas:

Al relajarnos nuestro cuerpo produce endorfinas. Popularmente conocidas como «las hormonas de la felicidad», estas sustancias son las encargadas de producirnos sensación de bienestar y placer. Por eso, cuando nos relajamos nos sentimos mejor.

Relajación es tranquilidad y sosiego. La ansiedad y el estrés bloquean nuestra mente en «modo supervivencia» de tal manera que nos resulta muy complejo analizar las situaciones y encontrar alternativas creativas distintas a nuestro instinto primario. Por el contrario, en un estado de tranquilidad nuestro cerebro procesa la información de una manera más racional, contemplando todas las soluciones posibles y buscando otras a través de procesos creativos, es decir, usando nuestra imaginación como herramienta. Resumiendo en una frase: Pensamos con más claridad.

Cuando estamos relajados nuestro cuerpo también lo está.  Aunque no nos movamos, cuando estamos tensos nuestros músculos también lo están y se comportan como si estuviesen trabajando, consumiendo nuestra energia y cansandonos. Al relajarnos los músculos también se relajan y por tanto disminuye nuestro esfuerzo físico y la sensación de cansancio.

Por todo ello vale la pena aprender a relajarnos.

Un bosque tranquilo

¿Cómo relajarnos? En cuatro sencillos pasos:

  1. El primer paso es darnos cuenta de que NO estamos relajados y querer cambiarlo. Es fácil identificar los síntomas de un estado de tensión: rigidez muscular, respiración agitada y dificultad de concentración son los principales indicadores de que necesitamos relajarnos.
  2. Sentados en una silla cómoda, cerraremos los ojos, dejaremos caer nuestros brazos y nos tomaremos unos instantes para soltar los músculos y sentir como desaparece la tensión de nuestro cuerpo.
  3. Realizaremos diez respiraciones, inspirando por la nariz y espirando por la boca tan profundamente como podamos. Podemos acompañar las respiraciones con la visualización de estar un paisaje que nos sugiera tranquilidad, por ejemplo una playa desierta, un bosque, una montaña….etc.
  4. Cuando consideremos que estamos suficientemente relajados abriremos lentamente los ojos y nos sentiremos muy tranquilos y bien descansados.

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