Historia de la tuba – El Serpentón
Hace un tiempo leí el Tuba Handbook de J. Mason, un libro mecanografiado que trata sobre la historia, técnica y pedagogía de la tuba. A falta de material de este tipo en castellano he considerado interesante traer aquí fragmentos que puedan resultar interesantes a los tubistas de habla hispana. Y qué mejor que empezar por el principio: los orígenes de la tuba moderna; sus antecesores y la llegada de la tuba a la orquesta.
El Serpentón
Hay varios instrumentos que pueden ser considerados como los antecesores de la tuba. Los más conocidos son el serpentón, el fagot ruso, el corno bajo y el oficleido. Todos ellos se consideran relacionados entre sí porque usan boquillas en forma de copa y tubería cónica, tienen notas fundamentales practicables, similar longitud y rango, facilidad para modificar rápidamente la longitud del tubo y tenían la misma función dentro de la orquesta de su época.
Orígenes
Hasta la fecha, se toman como la fuente más antigua que menciona la invención del Serpentón los escritos del Abad Leboeuf. Cuenta que Edmé Guillaume, un canónigo en la iglesia de Auxerre, encontró un método para fabricar cornetas con forma de serpentón alrededor de 1590. La utilidad del invento pronto quedó demostrada especialmente acompañando al unisono al coro de la iglesia, lo que por un lado ayudaba a los cantantes con la afinación y por otro añadía riqueza a la textura del sonido. Su uso pronto se extendió por otros lugares de Francia y algo más tarde, a finales del S. XVII por Inglaterra. Hasta mediados del s. XVIII. el serpentón fue usado exclusivamente para la música sacra. Más tarde se introdujo en las bandas militares y orquestas para reforzar la sección grave, pero pronto fue sustituido por otros instrumentos posteriores (como el oficleido y el fagot ruso) y finalmente por la tuba. Aunque se le considera como el bajo de la familia de los cornetti, en realidad ésta función era desempeñada habitualmente por el sacabuche.
Existe alguna confusión respecto a la fecha de origen, en parte a raíz de un instrumento llamado serpentón italiano, que ya era usado antes de 1590. Éste era un auténtico cornetto bajo, con un tubo estrecho de paredes gruesas y un agujero que se el pulgar; aún así, nunca alcanzó mucha popularidad y su registro se expandió hacia el grave solamente hasta el Sol1. En cambio, el serpentón de Guillaume tenia un tubo más ancho y de paredes más finas; aunque no tenia agujero para el pulgar podía llegar hasta el Do1 y tenia un timbre más rico. Reginald F. Morley-Pegge trata sobre ambos instrumentos en sus artículos sobre el serpentón y la «Anaconda» en el Grove Dictionary of Music and Musicians (1954), este último incluyendo fotografías ilustrando las diferencias entre ambos.
Esta confusión entre ambos instrumentos fue largamente perpetuada por una confianza ciega e incuestionable sobre la discutible interpretación de un artículo publicado en el Bulletin de la Société des sciences historiques et naturelles de l’Yonne (1850). En él, Aimé Cherest sostiene que el serpent de la iglesia de la archidiócesis de Sens había sido resoldado en 1453, de lo que podria deducirse que un instrumento con ese nombre ya existía antes de Guillaume. Pero, teniendo en cuenta que el instrumento en cuestión era de metal y que un «soporte metálico para el libro» fue ajustado, parece que ese serpent era similar al construido por Moises en el desierto. Se trata, pues de una confusión de lenguaje, ya que en varios idiomas serpent significa serpiente. La iglesia católica tenia sin duda una estatua con esa serpiente, de la misma manera que tenia otras con muchos otros elementos de las escrituras. Morley-Pegge también trata sobre ello de una manera muy satisfactoria en el Grove, demostrando que la similitud del ya mencionado serpent con un instrumento musical es altamente improbable. La confianza en la interpretación de Cherest queda patente en el artículo de Garnaut de 1925, que la instituye como prueba de facto en el diccionario oficial del conservatorio. Su influencia llega hasta fechas tan recientes como 1976 en que Fernand Lelong y Robert Coutet , que continúan sosteniendo el incorrecto razonamiento de Morley-Pegge’s (Brass Bulletin, vol. 13, pag. 33). Hasta que nuevas evidencias sean aportadas se mantiene 1590 como la fecha de la invención del serpentón.
Fragmento traducido de: Kent Mason, J. (1977). The tuba handbook (pags. 1-3). Ontario: Sonante Publications.
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