Didgeridoo: el más antiguo pariente de la tuba
El didgeridoo es, sin duda, uno de los «parientes» más peculiares de la tuba. Aunque a primera vista parece que no tenga nada que ver con los modernos instrumentos de metal, este extraño instrumento procedente de Australia utiliza una técnica para producir sonido muy similar a la nuestra, incluso con algunos elementos muy complejos como son la respiración circular y los multifónicos.
Origen
Este instrumento, llamado yidaki por sus primeros intérpretes, consiste en un tubo más o menos recto, de una longitud entre 120 y 180 cms. El nombre de didgeridoo o didjeridú se lo dieron los primeros colonos europeos que lo escucharon, y es una referencia onomatopéyica a su sonido. El método de «fabricación tradicional» es seleccionar un tronco de árbol (normalmente eucalipto) que ha sido comido en su interior por las termitas hasta dejarlo hueco.
Existen pinturas datadas en 10.000 años en las cuales aparece, aunque los aborígenes aseguran que se remonta hasta los 40.000 años de antigüedad. Sea como sea, lo rudimentario de su construcción, su uso en rituales ancestrales y su razón de ser no dejan dudas sobre lo primitivo del instrumento, y los aborígenes autralianos cuentan varias leyendas sobre la creación del didgeridoo…
«Antes todo era frío y oscuro. Bur-Buk-Buun preparaba unas maderas para traer la protección del calor y la luz del fuego a su familia. Bur-Buk-Buun estaba poniendo la madera en el fuego cuando notó que en el interior de un leño una familia de termitas estaba royendo la madera blanda. Para no dañar a las termitas, Bur-Buk-Buun llevó el leño vacío a su boca y comenzó a soplar. Las termitas fueron proyectadas hacia el cielo formando las estrellas e iluminando el paisaje. Por primera vez , el sonido del didgeridoo bendecía a la Madre Tierra, protegiéndola y protegiendo a todos los espíritus con su sonido vibrante para la eternidad…»
La/s Técnica/s
Por sus características constructivas el didgeridoo no posee un registro sonoro ámplio. Es más, tocado como un instrumento de viento metal al uso está limitado a un sonido pedal (básico) y algunos armónicos agudos, poco centrados comparados con un instrumento moderno. Ese pedal -que se denomina «drone«- es la base de la música de digeridoo. Tengamos en cuenta que este instrumento suele tocarse solo o con un somero acompañamiento percusivo durante las ceremonias y rituales en que los aborigenes lo usan; si a ello añadimos las limitaciones cromáticas, es fácil comprender que sus ejecutantes hayan desarrollado a lo largo de los años técnicas diversas para enriquecer su música.
Así, al «drone» básico (que sería equiparable a tocar la nota central de nuestra tuba sin accionar válvulas) se añaden otros sonidos provocados por distorsiones en la posición de nuestra boca/mandíbula/lengua o añadiendo la voz. Estas técnicas tienen nombres de animales (la ballena, el dingo, etc…) y desencadenan los multifónicos característicos de este instrumento, en lo que pueden sonar hasta cuatro sonidos simultáneamente.
La embocadura es el propio tubo/tronco sin ningún tipo de accesorio, pero suele utilizarse cera de abeja para adaptar, cerrando un poco, la apertura a nuestras necesidades y al mismo tiempo suavizar la superficie de contacto con lo labios, que en caso de troncos podría ser muy áspera.
Desde hace algunos años, el didgeridoo ha saltado cual canguro a estilos musicales próximos a la música dance o industrial, que a priori poco o nada tienen que ver con su uso tradicional. En los siguientes videos se pueden comparar el estilo tradicional aborigen en el que se desarrolló el didgeridoo y su uso en la música techno:
Respiración circular o continua
Otra característica del digeridoo es el empleo constante de la técnica conocida como respiración continua o circular, que permite al intérprete hacer sonar el instrumento de manera ininterrumpida durante varios (muchos) minutos, generando así situaciones de verdadero trance en quien participa del ritual. Esta técnica ha sido adoptada por los intérpretes de instrumentos modernos de viento y resulta muy interesante.
La técnica de respiración continua consiste grosso modo en seguir soplando mientras inspiramos por la nariz; esto se consigue almacenando aire en los carrillos, que también serán los encargados de generar presión a esa «reserva» de aire mientras inspiramos. En breve colgaré un tutorial al respecto…
De la tuba al didgeridoo (o viceversa)
Si has leído hasta aquí probablemente te estás preguntando qué opciones tienes para hacerte con un didgeridoo. Opciones hay varias:
Hacerte con un didgeridoo
Conseguir un didgeridoo en condiciones es relativamente sencillo. Muchas tiendas de música los tienen disponibles en diversos materiales y calidades. Entre los materiales más habiuales se encuentran varios tipos de maderas (especialmente bambú y eucalipto) o plástico, con precios a partir de 15€.
Estamos en el s.XXI y a estas alturas el cromatismo ha llegado también al didgeridoo, habitualmente en modelos de plástico o pvc. Uno de los modelos más recomendados por los especialistas es el didgeribone, procedente de Holanda.
Hacerte un didgeridoo
Otra opción para presupuestos ajustados y/o amantes del bricolaje es hacerte uno de PVC. En youtube hay muchos tutoriales, como este… También cabría la posibilidad de usar tubos de cartón, como los que se desechan en las tiendas de tela a metros, pero es imprescindible confeccionar la boquilla de cera mencionada más arriba.
Usar la tuba como un didgeridoo
Dependiendo de tu grado de frikismo puede que prefieras transformar tu tuba en un didgeridoo, aunque esta no es la mejor opción para aprender y desarrollar las técnicas. Cuanto más grande y profunda es la boquilla, más fácil resulta conseguir los multifónicos (sin tener en cuenta la voz cantada), aunque no llega a la riqueza de un buen didgeridoo. Recientemente la empresa americana NU mouthpieces ha desarrollado boquillas para tuba, trombón, bombardino y saxobarítono con unas características que aproximan estos instrumentos al sonido de un didgeridoo, aunque su precio es bastante elevado, por lo que es no recomendable para iniciarse.
*Foto de cabecera: RCA en Tuba Jaialdia’16 de Alaitz Ruiz.
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